viernes, 21 de agosto de 2015

Vendedores de falsas ilusiones

A ver, chicas, estuve en París.  Entré a Louis Vuitton y lloré para adentro la certeza cruel de que jamás en mi vida me voy a poder comprar uno legítimo.  Entonces...no se dan una idea la rabia que me dan los vendedores de carteras de imitación.

Si.  Suena muy intolerante.  Okey, la tolerancia no es mi fuerte, pero en este caso dejenmé explicarles y si después no me dan la derecha, los perdono.

Estoy cansada de ver en la calle señoras y señoritas de clase media baja, muy baja, bajísima e inclasificable portando bolsos de Michael Kors, Louis Vuitton, Prada, Gucci, Jimmy Choo.  Con zapatillas.  Con ruleros,  Combinados con el carro de hacer las compras. 

Ahora, qué pasaría si yo vendiera un riñón en el mercado negro y luego ahorrara 12 años y por fín me pudiera comprar un Louis Vuitton legítimo?? pasaría que a nadie podría convencer de que es legítimo.  Y, he aquí la gran pregunta: de que sirve tener un Louis Vuitton legítimo si no lo podés presumir siendo esta casi, casi su función primordial.  Todas sabemos que los bolsos y los zapatos de diseñador no son para lucir, no son para nuestro propio placer, ni siquiera necesitan ser cómodos o funcionales, sino que deben servir para que las demás mujeres que nos rodean (y algunos hombres) se mueran de envidia! 

Por eso y no por otra cosa me da tanta rabia la proliferación de imitaciones.  Es mucho pedir que no me arruinen la satisfacción de sentirme especial el día que logre cumplir mis frívolos anhelos?

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